El alcohol y la grasa abdominal
Es domingo y por desgracia, quien más y quien menos esta mañana (o esta tarde) han sufrido en sus carnes las consecuencias de un consumo excesivo de alcohol la noche anterior. Fenómeno conocido comúnmente como resaca…
Aunque sabemos que el consumo moderado de alcohol tiene algunos beneficios para la salud, no siempre es asi.
EL VINO, EL MENOS AGRESIVO
Sabemos que el vino logra aumentar el nivel de lipoproteínas de alta densidad, que tiene un efecto beneficioso sobre nuestra salud cardiovascular, ya que reduce la densidad de colesterol y con todo ello el funcionamiento cardíaco no se sobrecarga. Por tanto evita obstrucciones coronarias, reduce la tensión arterial y estimula la secreción de saliva ayudando a todo el sistema digestivo a funcionar correctamente.
El contenido del vino a base del proceso de fermentación de las uvas, impulsa la acción de polifenoles, los cuales ha demostrado poseer una gran capacidad antioxidante (elimina los radicales libres que son una causa importante del envejecimiento), ayuda a evitar enfermedades cancerígenas, cardiovasculares y cerebrales, elevando la tasa de mortalidad unos años…vamos, una maravilla.
Si bien, su consumo también debe de ser moderado, una o máximo dos copas al día y a ser posible siempre acompañado de las comidas.
LA CERVEZA, SIEMPRE CON MODERACIÓN
La cerveza es una bebida natural y con bajo contenido en calorías (aprox. 42 Kcal. por 100 ml), bajo grado de alcohol, no contiene grasas ni azúcares y sí una cantidad importante de hidratos de carbono, vitaminas y proteínas; por lo que su “consumo con moderación” es benéfico para la salud humana y claramente recomendable para cualquier dieta equilibrada.
En cambio, no podemos decir lo mismo de los “cubatas” (alcohol combinado con refresco) o de los cockteles típicos del verano (cargados de calorias): mojitos, caipiriñas, margaritas o sucedáneos…
Pensad que los combinados de alcohol con refresco (bebidas gaseosas) aceleran el vaciamiento gástrico y favorecen una rápida absorción del alcohol.
El exceso de alcohol tiene consecuencias directas sobre muchos órganos:
- Sobre el cerebro, disminuyendo el autocontrol, la memoria, la capacidad de concentración y las funciones motoras
- Sobre el corazón, aumentando la actividad cardiaca
- Sobre los pulmones; acelera la respiración
- Sobre el estómago, irritando la mucosa gástrica
- Sobre el riñón; reduciendo los niveles de la hormona antidiurética, provocando deshidratación y obligando a tomar agua de otros órganos como el cerebro (de ahí el dolor de cabeza)
CONSECUENCIAS EN NUESTRO ORGANISMO
Calorías
La razón más obvia de que el alcohol contribuye a la grasa abdominal, así como de otras grasas, es que contiene calorías. Las conocidas como calorías vacías (7 kcal por gramo de alcohol consumido) sin apenas valor nutritivo… es decir, engordan pero no nutren.
Hígado
El hígado es responsable de metabolizar el alcohol y para metabolizar la grasa. Sin embargo, tal vez debido a la toxicidad del alcohol, el hígado prioriza alcohol. Esto significa que mientras que el hígado procesa el alcohol pierde tiempo y energía que podría utilizar para metabolizar la grasa. Además, un estudio de 2009 sugiere que, al menos en las mujeres adolescentes, el consumo de alcohol aumenta el tejido adiposo visceral, o depósitos de grasa alrededor de los órganos internos, muchos de los cuales se encuentran en la sección media. Es decir chicas (y chicos), el alcohol ayuda a tener barriguita
Testosterona
Mientras que los hombres tienen niveles más altos de la hormona testosterona que las mujeres, ambos sexos, naturalmente, la producen. La testosterona es la hormona metabólica primaria. De hecho, los niveles bajos de testosterona en los hombres están relacionados con una mayor cantidad de grasa en el vientre.
También suprime directamente la producción de testosterona, y no sólo en estado de ebriedad, sino incluso hasta 24 horas después del consumo. Así que el alcohol no sólo demora la capacidad de su hígado para descomponer la grasa, sino que también obstaculiza el acceso del cuerpo a las hormonas que necesita para descomponer la grasa una vez que se inicia de nuevo el proceso.
Apetito
El alcohol también aumenta el apetito. Un estudio de 2002 realizado en Dinamarca y publicado en el Diario Internacional de Obesidad encontró relación directa entre los trastornos y el consumo de alcohol en las comidas. En resumidas cuentas, el alcohol abre el apetito. El ejemplo más claro lo tenemos cuando la gente se va de cañas y consume continuamente comida o tapas por varios motivos. Tradición, para que los efectos del alcohol en la sangre sean menos agresivos y como decíamos, por que despierta el apetito. Más apetito, es igual a más comida y es igual a más barriga.
Conclusión
Si quieres disfrutar del alcohol, debes de hacerlo con moderación y siempre eligiendo bebidas como el vino.
Aléjate de los alcoholes mencionados en la parte superior, tu cuerpo y tu mente te lo agradecerán
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