11 consejos para evitar la hinchazón después de comer
En cuanto te levantas de la mesa, ¿empiezas a notar una gran pesadez en el estómago y tienes sensación de que eres un globo a punto de explotar por culpa de los gases? Para que los alimentos sean asimilados completamente y no dejen residuos, cada enzima y jugo digestivo tienen que ser segregados en la cantidad adecuada y la pared del intestino debe encontrarse en buenas condiciones.
Si controlas estas variables volverás a digerir bien y esas incómodas sensaciones desaparecerán. ¿Quieres conseguirlo? Pues sigue estos pasos.
1. EVITA LAS DISCUSIONES DURANTE LAS COMIDAS.
El estrés reduce la producción de ácidos gástricos y dificulta las digestiones. Trata de conseguir un ambiente relajado durante las comidas y de prestar una atención plena al acto de comer. No solo desconectarás del ritmo diario durante 20 – 30 minutos, sinó que además, al realizar mejor la digestión, podrás volver después a la carga con más energía.
2. MASTICA CADA BOCADO 15 VECES.
Si no lo haces estarás forzando al estómago y al intestino para que hagan el trabajo que tú no has hecho y es entonces cuando aparece la sensación de pesadez al terminar de comer. El estómago se sobrecarga de trabajo y empiezan a desencadenarse efectos que aumentan las sensaciones de pesadez y, en ocasiones, cansancio o sueño, debido a la energía extra que debemos invertir en el proceso de digestión, que ya de por sí, es el proceso por excelencia en gasto energético.
3. DE POSTRE, UN TROZO DE QUESO.
Los lácteos del queso tiene probióticos, que ayudan a mejorar y acelerar todo el proceso digestivo. Por esto, la Organización mundial de Gastroenterología lo recomienda como postre.
4. UN VASO DE AGUA TIBIA AL TERMINAR.
Con medio vaso bastará. Es una recomendación muy extendida en la medicina oriental. Tomar agua con una temperatura de entre 37 y 39 grados tiene un efecto vasodilatador sobre el tracto digestivo, con lo que se aumenta la irrigación sanguínea y se hace más efectivo el proceso.
5. CUIDADO CON LAS MEZCLAS.
Intenta no tomar en la misma comida lácteos con carnes o carnes con hidratos de carbono complejos. Estas combinaciones tomadas de forma frecuente desequilibran la flora intestinal y producen estreñimiento crónico.
6. ¿TIENES GULA ENTRE COMIDAS? TOMA FRUTA.
Los azúcares que contienen fermentan en el estómago, por lo que pasan al intestino casi intactos y, allí, son absorbidos con mayor rapidez si no están acompañados de otros alimentos. Este proceso facilita la movilidad intestinal y evita la formación de gases.
7. UNA INFUSIÓN AL DÍA.
Es la solución perfecta, sobre todo cuando el síntoma principal de la mala digestión son los gases. Estos están causados por fermentaciones mal hechas en el intestino y por los movimientos del organismo intestinal en sí mismo. La infusión consigue activar la digestión para que las fermentaciones duren menos y los movimientos intestinales sean más efectivos sin causar ningún tipo de dolor.
8. CAMINA 15 MINUTOS.
Una buena digestión suele ser rápida. Ayuda a tu intestino a moverse mejor y, con esto, a que los alimentos se asimilen antes. Se trata de ‘moverse’, no de agotarse; no lo hagas con demasiada intensidad.
9. CONTROLA LAS INTOLERANCIAS.
Según explica un estudio de la Sociedad Americana de Gastroenterología, las personas tienen distintas cantidades de enzimas para descomponer los alimentos. Puede que lo que ocurra es que tu cuerpo sea deficitario, por ejemplo, en lactosa, y te cueste mucho asimilar la leche. Si sufres molestias, puedes realizar test de intolerancias alimentarias. Estas intolerancias están detrás del 40% de los problemas de dispepsia o mala digestión.
10. COME CON VINO BLANCO.
Si bebemos cerveza o refrescos mientras comemos, tomamos más cantidad de líquido, lo cual diluye las secreciones de ácido y enzimas responsables de la digestión, con lo que ésta pierde eficacia. El vino blanco, tomado con moderación, al tener compuestos ácidos de la uva, ayuda a que la digestión sea más rápida.
11. ¡ADIÓS AL ESTREÑIMIENTO!
Si incorporas todos estos consejos de manera habitual en tus rutinas diarias, posiblemente acabes con él. Es el culpable del 50% de los problemas de digestión, por lo que combatirlo es fundamental. Si lo padeces, incluye en tu dieta ensaladas y purés de verduras, la fibra que contienen ayuda a formar un bolo más fácilmente digerible. En determinadas situaciones, los laxantes vegetales son una excelente ayuda ya que favorecen y regulan el tránsito intestinal.
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