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La fauna de los gimnasios

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Sabemos que los personajes que te vamos a presentar a continuación, tienen un hábitat en el que se suelen mover y en que desarrollan todas sus habilidades… ese medio en el que habitan es la sala de los gimnasios.

Es posible que te hayas cruzado con alguno de ellos en alguna ocasión e incluso, es posible, que alguna de tus amistades pertenezca a este “selecto” grupo. Pero de lo que realmente tienes que estar pendiente es de no ser uno de ellos…

Puedes entrenar en gimnasios alrededor de todo el país, pero aparte de cosas lógicas como que todos tengan en común mancuernas o duchas, también existe un grupo de personas que podemos observar sin demasiado esfuerzo y que desarrollan su abanico de poses, tics, manías  y reglas arcaicas sin el más mínimo pudor o respeto por el resto de personas con las que comparten el espacio.

Hoy y para darle un toque de humor a esta mañana de domingo, vamos a nombrarlos y ver si realmente los conocemos o como hemos dicho… somos uno de ellos.

LA “FAUNA” DE LOS GIMNASIOS

El ligón

Todos nosotros vamos a un gimnasio por diferentes razones, pero el objetivo final no es iniciar una relación con la persona de nuestro mismo sexo o del opuesto (al menos a propósito). Los bares y las discotecas están hechos para socializar y ligar, los gimnasios por lo que yo sé, están para entrenar.

La zona de “caza”  de nuestros amigos suele ser la zona de cardio o las clases dirigidas, en las que suelen pasar la mayoría del tiempo que están en el gym. A sabiendas de que son la zona más visitada sobre todo por el público femenino.

Observareis que desde que entran a cambiarse hasta que salen por la puerta del vestuario ataviados con la ropa de entrenamiento han pasado más de 20 minutos. Por la sencilla razón de que su aspecto personal debe de estar impoluto y perfecto. No nos equivoquemos, nos encanta que la gente que vaya a entrenar luzca un imagen cuidada, pero eso de ponerse unas cuantas gotas de “The One” (D&G) para ponerte a correr, nos parece cuanto menos ilógico.

Corte de pelo cuidado, sonrisa de medio lado y brazo apoyado en las máquinas (cual barra de pub) mientras habla con una persona, son sus señales más identificativas.

El Dios de la guerra

Suelen entrenar con camisetas en las que rezan perlas de la sabiduría como “No pain no gain”, “Only the strongest survive” o “Las lagrimas te darán compasión, pero solo el dolor te dará resultados”. El tamaño de su bíceps es mayor al de la cabeza de un hombre medio y a partir de la tercera repetición, aúllan más que el Hombre Lobo cuando es luna llena.

Te miraran con desprecio si cuando haces pectoral el peso que levantas no es como mínimo la suma de tu peso corporal  + 20 kg

Es en la sala de pesas donde se relacionan (siempre entre ellos… tú no podrás entrar en su “selecto club”), olvídate del cardio o de las actividades dirigidas (eso es para los debiluchos), ellos son Titanes preparados por y para la guerra, pregúntales por su película favorita, sin duda te dirán “300”.

El “limbo”

Un período medio de descanso entre series, suele ser de 30 – 120 segundos. Un tiempo de realización de una serie, oscila entre los 15 – 45 segundos… entonces y he aquí mi pregunta – ¿Por qué después de 10 minutos, siguen sentados en la máquina de Peck –Deck mirando al vacio?

Podemos llegar a entender que el trabajo en la sala de fitness no sea todo lo apasionante que debería, pero de ahí a esa falta de motivación y ánimo, creemos que hay mucha diferencia. Estos personajes suelen deambular por la sala “a su bola”, casi sin relacionarse con el resto de socios, a su ritmo y con cara de ¿Qué hago yo en un lugar como este?.

Otra de sus características es que se van igual que vinieron, con la más absoluta discreción, un día te fijas y ya no están, han abandonado el intento de introducirse en el mundo de los hierros. Es posible que si un día sales por ahí te los encuentres sentados en la barra de un bar tomando algo, eso sí, en la misma posición letárgica que tenian en la sala.

El espejitos

En la mayoría de los casos suelen ser personas que tienen un físico digno de admiración (en otros hay que decir que no…), pero una cosa es estar orgulloso de tu cuerpo, otra es ser arrogante. Al finalizar cada serie, se dirigen al espejo más cercano para observar su congestión y hacer “posturitas” como si estuvieran encima de la tarima del Mister Olympia.

Al igual que los Dioses de la guerra, suelen mirar con desprecio a los novatos o la gente con sobrepeso, ya que ellos no son dignos de poder admirar su figura en el espejo. Otra de las características es que previo a sus posturitas delante del vidrio, suelen mirar a su alrededor para ver si alguien más desea admirar su grandeza y el tamaño de sus pectorales.

El vitaminas

Suelen llegar al gimnasio con dos mochilas, en una llevan la ropa, la toalla, etc. En la otra llevan toda la suplementación que van a necesitar antes, durante y después de los entrenamientos. Al igual que el ligón, tardan unos 20 minutos en salir por la puerta del vestuario, en este caso intentando tomar en el orden correcto toda la lista de vitaminas, proteínas y líquidos necesarios para enfrentarse en su batalla contra las pesas.

Mientras entrenan, su inseparable “shaker” relleno de líquidos de colores  que oscilan desde el blanco, pasando por el rosa, amarillo, etc…les acompañara en todo momento. Al finalizar el mismo y antes de ducharse, de nuevo pasaran por el proceso de la dispensación y consumo de todo tipo de productos.

No les preguntes por quien ha ganado las elecciones este año, pero en cambio dile que te enumere las virtudes de la Beta-Alanina…

El excusas

Suelen aparecer poco por el gimnasio pero cuando lo hace tienen todo tipo de historias montadas para justificar su poco continuidad en el desempeño de la actividad física.

-El niño, se ha puesto malo…

-Mi jefe me explota…

-Esta semana había Champions…

-Mi hice daño en el tobillo…

-Ayer hacia mucho frio….

Apuntarse a un gimnasio y no acudir es un problema personal de cada uno, pero no es necesario contarle a todo el mundo por qué no has acudido en los últimos días, sencillamente no les gusta entrenar. Y les resulta más cómodo inventarse excusas que admitir que no son personas constantes.

El tecnológico (Smartphone)

Esta hornada es de última generación y viene pegando fuerte…básicamente es fácil reconocerlos, ya que cuando entrenan llevan, su toalla, su botella de agua y su inseparable BlackBerry.

Observarás como al acabar las series del ejercicio, lo primero que hace es coger el aparatito y empezar a teclear como un loco intentando no perder comba en una conversación banal a través del algún chat.

Hay casos extremos (de los que he sido testigo), en los que el/la socio del club, ha llegado a entrar a clases dirigidas con el dichoso aparato y mientras el profesor daba unos segundos de descanso a los alumnos, se ha puesto manos a la obra y ha empezado a teclear…

Cuanto menos decir que al cabo de unos meses, no se observa mucho progresos en su cuerpo, ni en sus entrenamientos.

El “enterao”

Estos son las pesadilla de los monitores, ya que todos los meses, leen un par de artículos en la Mens Health y ya se creen que son Juan Rallo.

Frases como -eso no lo estás haciendo bien- o no -mira como lo hago yo-, forman parte de su habitual vocabulario.

Otra característica es intentar convencer a los novatos de que si tienen dudas no le pregunten al monitor, él es la solución a sus problemas…

Su edad suele oscilar pero rondan la treintena y por norma general son veteranos en las instalaciones deportivas.

Esperamos que os haya divertido el articulo de hoy, si creéis que nos hemos dejado algún “personaje” típico de los gimnasios, os invitamos a que nos lo describáis a través de nuestro perfil de facebook o de nuestra red social Sportfactor.

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