Lesiones en la oficina típicas. Cómo prevenirlas (I)
Ahora que se acaba el verano todo va volviendo poco a poco a la rutina: volvemos madrugar, volvemos al despacho a sentarnos delante del ordenador, volvemos al gimnasio para perder esos kilitos que nos han regalado los helados, horchatas y comilonas veraniegas y, como no, vuelven los dolores…
Sí, esos dolores que habíamos olvidado durante la época estival (cuello, cabeza, espalda…) siempre vuelven cuando retomamos nuestra rutina.
Todos nos preguntamos por qué nos duelen los riñones, la espalda, el cuello…, y pocos encuentran la solución.
Por lo general, solemos pensar que las lesiones son provocadas por una mala praxis en nuestras prácticas deportivas, y, aunque en muchas ocasiones es así (ya sabemos que una mala ejecución técnica en cualquier práctica deportiva conlleva a una lesión), en muchas otras ocasiones, nuestras lesiones tienen otros desencadenantes. Muchas veces nos traemos las lesiones de la oficina.
Cuando vamos al fisioterapeuta debido a estos dolores y nos asegura que tenemos una tendinitis, una sobrecarga muscular, una o varias contracturas, o que tenemos una de las llamada lesiones por esfuerzos repetitivos (abarcan la inflamación y el dolor localizado que van rodeando gradualmente las articulaciones. Están relacionadas con la acción física repetitiva y constante), nos es muy difícil asociarlo a nuestro trabajo diario en la oficina porque son lesiones generalmente asociadas a la práctica deportiva.
Pero si observamos bien cómo trabajamos cada día: la manera de sentarnos, el lugar en el que está ubicado nuestro ordenador, nuestra forma de teclear y de manejar el ratón…, nos daremos cuenta de que, en la mayoría de los casos, sometemos a nuestro cuerpo a posiciones muy forzadas durante horas. Posiciones que van a hacer que a la larga suframos estas lesiones en apariencia deportivas.
Las que más sufren en la oficina son nuestra espalda y nuestras muñecas. Os vamos a explicar cuáles son las lesiones más típicas y cómo podemos prevenirlas.
Dolor en las muñecas
Junto con la espalda, las muñecas son las que más sufren en la oficina. Nuestra manera de teclear en el ordenador y el hecho de estar manejando el ratón durante tantas horas hace que desarrollemos una lesión muy molesta y dolorosa, la tendinitis en el extensor cubital del carpo.
Esta lesión supone una inflamación del tendón que va a lo largo de la parte trasera de la muñeca y está causada por giros repetitivos y por flexionar la muñeca hacia atrás de manera continuada. Es una lesión muy típica del baloncesto de los deportes de raqueta, pero seguro que muchos que nunca han practicado estos deportes, o no lo hacen muy asiduamente, han notado alguna vez un dolor que empieza en la muñeca y que, en muchos casos, sube hasta el codo.
Si os fijáis bien en la posición que ha de tener nuestra mano cuando manejamos el ratón veréis como no la tenemos en una posición natural (recta, en línea con el brazo), nuestra mano ha de estar inclinada, lo que también pasa si el teclado de nuestro ordenador es viejo (los teclados antes se hacían con una pequeña inclinación).
Mantener este gesto durante todas las horas que pasamos en la oficina cada día, va a hacer que suframos esta tendinitis.
Realizar unos pequeños ajustes en la forma de sentarnos y trabajar puede marcar la diferencia entre trabajar de forma segura o sufrir una de estas lesiones.
Los consejos
- Mantened las manos rectas en el teclado, los meñiques han de alcanzar las teclas de los extremos.
- Intentad conseguir una alfombrilla para ratón que tenga una elevación en la parte de fuera. Esta elevación está pensada para apoyar la muñeca, de manera que vuestra mano no se inclinará hacia arriba para coger el ratón y vuestra muñeca no sufrirá. Si no fuese posible conseguir esta alfombrilla, intentad gastar el ratón estático del ordenador, es más lento pero vuestra muñeca permanecerá en la posición correcta.
Os aconsejamos que al salir del trabajo realicéis algún tipo de deporte y que al acabar estiréis bien, sin olvidaros de estirar los músculos de la espalda y el cuello.
En el siguiente artículo hablaremos de la otra zona problemática, la espalda y como prevenir el dolor en esta zona.
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