Mejorando el swing
Hoy hablamos por primera vez en nuestro blog sobre un deporte que cada día capta más aficionados. El golf, como cualquier actividad, requiere de una adecuada preparación física para potenciar cada uno de los diferentes golpes.
El golpeo de la pelota de golf requiere una mezcla de flexibilidad dinámica y fuerza. Utilizando un buen programa de entrenamientos que incorpore una combinación de fuerza y flexibilidad , se puede optimizar el desarrollo de la fuerza a lo largo de toda la cadena cinética para rendir a un alto nivel y reducir el riesgo de lesiones:
- La ejercitación de los músculos de la cadera, piernas, glúteos, aductores y abductores provee una base más sólida agregando potenica y precisión al swing.
- Unos oblicuos en buen estado aumentan la potencia del swing y reducen las tensiones en la espalda.
- Una mayor resistencia en los músculos del antebrazo ayuan en la continuidad para obtener un mejor swing.
- El entrenamiento de los músculos rotadores disminuye las lesiones de los hombros.
- El fortalecimiento de los músculos de los hombros produce un golpe de mayor distancia.
Debido a las características de la práctica deportiva, los golfistas son particularmente vulnerables a las lesiones en las rodillas, cadera, espalda lumbar, cuello, tobillos, manos y dedos. Por esta razón, es crítico que se enfatice en estas regiones el programa de entremamiento de fuerza.
En el trabajo con aparatos, la sobrecarga no debería superar el 50% de la capacidad personal. Se trata de ganar velocidad. La clave está en la práctica de movimientos con mucha repetición y poco peso. El programa debería ser llevado a cabo 2-3 veces por semana en días no consecutivos. No podemos olvidar los estiramientos al finalizar cada sesión.
Recordad, no todos los cuerpos sin iguales. Cada estructura es difernte. Algunos son más laxos y otros más flexibles o demasiado rígidos. Por eso es muy importante hacer una rutina personalizada para cada individuo.
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