Se acerca el verano. Parte I

Como todos los primeros de Marzo, una marabunta de gente se apunta a los diferentes gimnasios o centros deportivos de sus ciudades alarmados por la llegado de esta estación, en la que las piezas de ropa encogen y mostramos nuestro cuerpo de una forma más impúdica.

La necesidad de obtener resultados de una forma rápida genera ese estrés típico en lo que se podrían denominar los “deportistas de temporada”, modo en que se define a todas las personas que, engañadas por los medios publicitarios, esperan conseguir en tres meses unos resultados idénticos las personas que entrenan once meses al año de forma constante y regular.

Evidentemente, el mero hecho de que se hayan planteado modificar sus hábitos y mejorar sus resultados físicos y psíquicos ya es todo un mérito, si bien no nos engañemos, ¿de qué le sirve al cuerpo y sobre todo a la mente disfrutar del ejercicio físico de modo estacionario?

Cuando entrenamos o practicamos deporte, sea cual sea nuestra especialidad, producimos una cantidad ingente de endorfinas, las cuales y gracias a la práctica del deporte te llenan de energía, bienestar y en algunos casos euforia, ¿acaso no seria maravilloso sentirse así durante todo el año? Los que llevamos tiempo en esto sabemos que en un momento dado te llegas a volver adicto a esa sensación.

Por tanto, desde nuestro espacio recomendamos a todas esas personas que únicamente quieren mejorar su condición física por el “que dirán” este verano en la playa, que se planteen los verdaderos objetivos de su vida y si quieren que esa mejora sea solo pasajera o un verdadero way of life.

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