El estrés y el aumento de grasa
¿Eres de las personas que padecen el síndrome del comedor nocturno?, ¿aún no sabes lo que es? Pues sigue leyendo y al final del artículo lo tendrás más claro que el agua.
Aclaración: No tiene nada que ver con irse de fiesta el sábado por la noche y acabar en el Mc Auto a las 7 de la mañana del domingo pidiendo un menú con patatas fritas y doble de salsa…
La situación
Por muchos es sabido que la ansiedad y el estrés incluyen entre los muchísimos efectos negativos para nuestra salud, la retención de grasas perjudiciales para nuestro corazón. Estos problemas cardiovasculares, se generan debido a que la sangre no circula como debería por el torrente sanguíneo.
Por otro lado, las personas que comen en exceso por la noche, son mucho más propensas a sufrir este tipo de patología.
El sistema de respuesta al estrés es subconsciente, responde a los estímulos y nada más. El estrés emocional, el estrés físico, el estrés financiero, estrés en las relaciones …
Todos ellos hacen que el cuerpo produzca cortisol,
El cortisol es considerado la hormona del estrés pues el organismo la fabrica ante situaciones de emergencia para ayudarnos a enfrentarnos a los problemas
El problema es que el cuerpo al producirla empeora la resistencia a la insulina y promueve el almacenamiento de grasa.
Hace 200.000 años, el estrés significaba una situación de vida o muerte. Era intensa y poco frecuente, y la liberación de cortisol era extrema y suficiente para mejorar las posibilidades de supervivencia. El problema es que hoy en día nuestro cuerpo responde de la misma manera ante todo tipo de situaciones que nos estresan: un atasco, nuestro jefe regañándonos, una letra de la hipoteca…
Los estudios
Un estudio realizado en la Universidad de Ohio (E.E.U.U.) mostró que en los análisis de sangre realizados a 70 voluntarios (de entre 40 a 61 años) los triglicéridos (grasa en la sangre asociada con ataques cardíacos y accidentes cerebro vasculares) eran un 15 % superiores en número en las personas que mostraban mayores niveles de estrés.
Por otro lado, otro en un estudio realizado en la Universidad de Oslo (Noruega), los investigadores encontraron que las mujeres con “síndrome del comedor nocturno” tenían las respuestas hormonales anormales al estrés.
¿Qué es el síndrome del comedor nocturno?
El síndrome del comedor nocturno es un trastorno del comportamiento alimentario que consiste en un desarreglo en la pauta temporal de la ingesta de alimentos: se consume muy poca cantidad en el primer tercio del día y se aumenta de forma desmesurada durante la noche, en forma de pequeñas pero frecuentes ingestas nocturnas. Se tiene una gran inapetencia durante la mañana y un enorme apetito durante la cena y por la noche.
Se diferencia de la bulimia en que no se producen comportamientos tendentes a la eliminación de lo comido (vómitos, laxantes, diuréticos,…) y en el momento de la ingesta, que es nocturna. Además, en la bulimia se suele comer a base de atracones, y en la enfermedad que estamos comentando se recurre a pequeños y frecuentes tentempiés.
También hay que diferenciarlo del denominado trastorno por atracón, ya que en éste se intenta calmar la ansiedad o se canaliza la euforia mediante pocas comidas pero muy copiosas, que además se producen en cualquier momento del día, y no sólo de noche.
Este desarreglo en la sincronía de la alimentación podría no tener excesiva relevancia si no fuera porque tiene ciertos efectos colaterales indeseados. En primer lugar, el hambre desaforada durante la noche supone la aparición frecuente del insomnio, debido a los frecuentes despertares para tomar refrigerios.
Dicho insomnio tiene las lógicas consecuencias para la vida diaria: cansancio durante el día, problemas laborales y riesgo durante la conducción, entre otros. Además, esta alimentación nocturna produce continuas digestiones a horas desacostumbradas, lo que perturba el sueño e incita a comer más, reforzándose así este irregular comportamiento alimentario y corriendo el riesgo de entrar en un círculo vicioso.
Pero, y esto es muy importante, el síndrome del comedor nocturno puede llevar a la obesidad, a pesar de que en general la ingesta total diaria no es mucho mayor por padecerlo. Así, mientras el porcentaje de comedores nocturnos en personas no obesas está en torno al 1,5%, sube hasta un 8 – 27% (según diversos estudios) entre los que sufren obesidad.
Otro dato que abona la tesis de la relación estrecha entre este síndrome y la obesidad es que la mitad de los obesos que tienen el síndrome del comedor nocturno tenían un peso normal antes de padecer este trastorno. Parece evidente, pues, que les llevó al sobrepeso y después a la obesidad. De todas formas, los expertos reconocen que son necesarios más estudios para conocer mejor la relación entre ambas variables.
Evitando los efectos del estrés
El primer remedio es más que obvio… relajarse y para ello podemos realizar las siguientes actividades:
- Meditación
- Yoga
- Deporte
- Caminar
- Darse un baño caliente y relajante
- Hacer relaciones sociales
- En fin, cualquier actividad que nos relaje (desde pintar, hasta leer un libro…)
En realidad y curiosamente, la mayoría de los factores que generan estrés en nuestras vidas, suelen ser menores, sólo que tendemos a magnificarlos por diversas razones sociales.
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