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Diario de un Triatleta aficionado (Parte I)

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Hoy publicamos la crónica de un amigo y usuario de sportfactor que vivió en las sensaciones en primera persona de un triatleta en la Segunda edición del Challenge Barcelona-Maresme. Se trata de una prueba de Triathlon que se disputa sobre las siguientes distancias:

Natación: 3.8 Km

Bicicleta: 180 Km

Carrera a pie: 42.2 Km


DÍA 1. YA ESTAMOS AQUÍ.

Hemos salido a las 18:00 de la tarde de casa. Por delante, tres horas y media de camino hacia Calella. Durante el trayecto, todas las conversaciones giran en torno a los mismos temas: que si habrán sido suficientes los entrenamientos, dudas sobre la alimentación previa y del día de la prueba, repaso de las vivencias en los últimos triatlones, …

Ya estamos aquí. Son las 21:30. Descargamos los equipajes y las bicis. Hemos llegado tarde a la Pasta Party de la Organización, ubicada  en la Carpa de la OktoberFest. Curiosa paradoja. Poco queda por hacer. Cena ligera y mañana será otro día.

DÍA 2. LA PREVIA. TOMA DE CONTACTO.

El día ha amanecido nublado. Desayuno moderado y a por los dorsales. Empieza a notarse el ambiente. Recogemos los dorsales y la bolsa del triatleta. En la zona anexa al punto de recogida se encuentra ubicada la EXPO, donde se exhiben todos los productos que necesita el triatleta en las distintas disciplinas. Bicicletas, con todo tipo de complementos, prendas compresoras, zapatillas y, por supuesto, la nutrición. Geles, barritas, bebidas energéticas, …

A las 11:00 tenemos el BRIEFING. Es la reunión técnica, y de carácter obligatorio para el participante, donde nos van a explicar todos los aspectos de la prueba. Normas a respetar, recorridos, circulación en el área de transición, avituallamientos, cómo se va a hacer el check-in, …

Nos comunican que la previsión meteorológica que maneja la Organización para mañana es buena. No amenaza lluvia.

El ambiente sigue creciendo. Comienza el desfile de las máquinas más espectaculares: CERVÉLO, SPECIALIZED, ARGON 18, GIANT, CEEPO, FELT, …

Hemos planificado para esta mañana una sesión suave. Vamos a echar un vistazo al circuito de bicicleta. Llanos y algún pequeño repecho. Ligera brisa, pero buenas sensaciones. Puede ser rápido, por lo que habrá que dosificarse para afrontar la maratón con garantías. Media hora será suficiente. La transición la hacemos en el hotel. Zapatillas y a correr por la zona anexa a BOXES, todavía desiertos. Carrera suave para descargar tensión. El sol hace acto de presencia … Recuperación.

Hay que empezar a llenar las reservas energéticas del cuerpo. Ensalada, pasta, algo de proteínas y fruta. Surgen algunas dudas sobre cómo afrontar la nutrición a pocas horas de la carrera.

Tras la comida, descanso en el hotel, que alargaremos hasta las 16:00h., hora fijada para facturar las bicicletas y bolsas para el material en la zona de BOXES. Dentro de la bolsa del triatleta descubrimos el pack del triatleta: los dorsales, la pulsera identificativa, el gorro de natación y 3 bolsas. Azul para la bici, roja para la carrera a pie, y verde para la ropa de calle. Rellenamos cada una con el material correspondiente. Zapatillas de bici, dorsal, casco, gafas de sol y calcetines de compresión para la azul. Gorra, zapatillas y vaselina, para la roja. Y, finalmente, la verde. No importa el contenido de la bolsa verde. Es la ropa para después de todo. No habrá mejor indumentaria para el después que la camiseta de FINISHER. Es el objetivo. Quizá lo demás sobre.

Todo preparado, no sin repasar el contenido de las bolsas doscientas veces. Los BOXES nos esperan, y hacia allí nos dirigimos.

Nos llama la atención la cantidad de triatletas con pantorrilleras de compresión. Poca estética pero, según los entendidos, mucha efectividad. El BIKE-PARK empieza a llenarse. Acreditaciones de rigor y check-in en la zona de transición. Bolsas de material facturadas y bicicletas aparcadas. Parece que lo tenemos todo controlado. De momento, tranquilidad. Vuelta al hotel y más descanso.

Un paseo por la Expo acortará el tiempo de espera. El nivel de especialización llega a límites impensables para un aficionado. Todo está calculado, pesado y medido para mejorar el rendimiento. No se deja nada para la improvisación.

Nos asomamos al BIKE-PARK, y ya está completo. Su valor, a estas horas, incalculable. Se han repartido más de dos mil dorsales. Tantos como bicicletas hay, desde ahora, esperando. Un último vistazo al circuito de natación se hace necesario. Las boyas provisionales nos permiten trazar imaginariamente la trayectoria a seguir. El mar nos hace un guiño. Tal vez mañana sea nuestro gran aliado.

La cena nos sirve para repasar los últimos detalles y aprovisionar un poco más los depósitos de energía de nuestro cuerpo. Algunas dudas, como no, sobre nutrición. El depósito no puede quedar vacío en ningún momento. A descansar. Mañana nos espera un largo y duro día …

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