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¿Qué sabes sobre el agua?

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En varias ocasiones hemos hablado de la importancia de mantener hidratado nuestro cuerpo a lo largo del día, si bien esta mañana hemos querido revisar varios mitos que se han creado alrededor del preciado H2O.

Pero antes de nada, echemos un vistazo a nuestro alrededor, lo más probable es que en este preciso instante y a menos de 10 metros de nosotros a la redonda, tenemos una botella de agua cerca de nosotros (de hecho yo tengo dos…).

¿Cómo llego hasta nosotros?, muy sencillo, se debe a dos factores muy importantes:

1. Una necesidad fisiológica ineludible
2. Una campaña mundial del marketing en toda regla.

Beber agua mineral es prácticamente una moda, es como un accesorio más en nuestra mochila o bolso, la llevamos a diario con nosotros. Fíjate hoy cuando salgas a la calle y observa a lo largo del día a la cantidad de gente que se mueven acompañados de su botella de líquido cristalino.

Pero como con cualquier megatendencia debemos parar un segundo y preguntarnos,

“¿Qué está pasando realmente aquí?”

Por esa razón hoy vamos a contestar varias dudas que nos pueden surgir, así como vamos a desmontar varios mitos añejos. Arrancamos:

MITOS Y LEYENDAS SOBRE EL AGUA

1. Mito: Es necesario beber ocho vasos de agua todos los días

Realidad:  Según Heinz Valtin, profesor del Dartmouth Medical College y autor de dos estudios sobre el origen de esta teoría, “Nadie está seguro de que la regla de los 8 vasos sea fidedigna”, la verdad es que nuestro requisito diario dependerá de nuestra dieta, nuestro peso, nuestra actividad diaria, nuestra edad así como la química del cuerpo de cada persona que al fin y al cabo es única.

Para determinar la cantidad de agua que debemos beber, deberíamos pesarnos cada mañana al levantarnos después de miccionar durante 3 días seguidos (para hacer una media). Para las mujeres hay que tener en cuenta la etapa de la menstruación en la que se es más propensa a la retención del líquido. Si vemos que el peso varía unos 500 gramos, significa que el día anterior nos quedamos cortos de líquido. Bebe un vaso de agua o zumo a primera hora de la mañana por cada 500 gr que hayas perdido y ajusta su consumo diario hasta que el peso se estabilice.

2. Mito: Beber solamente cuando tengas sed y obtendrás todos los líquidos que necesitas

Realidad: A la gente sedentaria le bien muy bien esta frase, pero si eres una persona activa olvídate de este principio. El ejercicio satura el mecanismo de la sed, perdemos líquido con tanta rapidez que el cerebro no puede reaccionar a tiempo. De hecho, las mujeres pierden más agua durante el ejercicio que los hombres.

Una hora antes de ir al gimnasio, ingiere un extra de 50 cl. de agua y evitarás deshidratarte. Necesitas unos 60  minutos para que el líquido viaje desde el intestino a los músculos.

3. Mito: El té y el café te deshidratan

Realidad: Al fin y al cabo, tanto el té como el café son básicamente agua, a menos que los corrompamos con leche o con alcohol. Las bebidas con cafeína no te deshidratan cuando se consume con moderación, es decir, cuatro tazas al día o menos de café o té. Es más, los líquidos que ingieres te ayudaran a mantener tus células saturadas, incluyendo los zumos o los refrescos. Eso sí, controla las calorías que consumes o pagarás las consecuencias.

4. Mito: El agua embotellada es mejor que la del grifo

Realidad: A menos que viajemos a países del tercer mundo (o en una zona donde los depósitos de cal en el agua sean elevados) la que viene del fregadero de la cocina es tan nutritiva como la embotellada. El agua del grifo está llenos de minerales, como sodio, calcio, magnesio y zinc, que se mantienen incluso cuando pasan a través del filtro. El agua embotellada es difícil de controlar sobre todo, porque puede estar expuesta a altas temperaturas u otras malas condiciones de transporte y almacenaje.

En España, el agua envasada sí está regulada por ley. Las etiquetas deben especificar de dónde proviene y su composición.

5. Mito: Beber agua antes de las comidas ayuda a perder peso

Realidad: El agua que bebamos antes o durante una comida no impedirá que comamos en exceso, según un estudio de la Doctora Barbara Rolls:
El agua no se une a la comida, por lo que se elimina por el intestino muy rápido“, dice. En cambio, cuando el agua está contenida en los alimentos como las verduras, que viajan a través del estómago y los intestinos junto con el resto de la comida, hace que nos sintamos saciados mas rápido. “Si sólo se bebe agua, sólo se satisfacen los mecanismos de la sed, mientras que los alimentos que contienen mucha agua sacian el hambre
Elige sopas o come frutas y verduras jugosas como la sandía, los melocotones, los pepinos y los tomates.

6. Mito: Las bebidas isotónicas son solo para los deportistas

Realidad: Da igual si juegas un partido de pádel o si estás pasando una tarde en la playa, las bebidas isotónicas, te ayudarán a reponer las sales y el liquido que pierdes cuando sudas. De hecho, el sodio en las bebidas deportivas también ayuda al cuerpo a retener más líquido, evitando una posible deshidratación.

Si eres de los que le gusta rendir al máximo, te recomendamos: VITALDRINK

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